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Con 24 años me gradué en la Universidad Politécnica de Cataluña. Era oficialmente Ingeniero Aeronáutico. Mi titulación académica así lo reflejaba. Sin embargo, un título no constituye mi identidad y, para bien o para mal, no soy un ingeniero. Tras completar con éxito mi paso por el sistema educativo, me di cuenta de que:

1. No estaba donde quería estar.

2. No tenía la más remota idea de a donde quería ir.

Mi educación fue como pasar por un túnel, aislado del mundo y sin saber que esperaba tras el destello del final. Propongo crear una comunidad que incentive a la discusión más allá de lo académico y aporte perspectiva para tomar mejores decisiones, basadas en la experiencia de nuestros semejantes y de modelos a seguir.

Ayudando a los jóvenes de Latinoamérica y el Caribe a alcanzar todo su potencial, podemos contribuir al desarrollo de la región en la era digital.

Según un estudio realizado conjuntamente por el Ipea, la Fundación Espacio Público de Chile, el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID): Millennials en América Latina y el Caribe ¿trabajar o estudiar?, a finales de 2018, 20 millones de jóvenes en Latinoamérica y el Caribe (entre 15 y 24 años) ni estudiaban ni trabajaban, un 21% del total de este segmento de la población. La mayoría de estos jóvenes proceden de familias con menos recursos, entre los que existe evidencia de un círculo vicioso de bajas aspiraciones-baja inversión-bajo esfuerzo. 

Esto afecta a las comunidades de ALC en un aumento de las conductas de riesgo como el embarazo en adolescentes, las pandillas juveniles y los actos violentos y contribuye a la falta de capacidades estructurales de crecimiento económico e inclusión social de la región. Además, la productividad de los trabajadores de ALC es apenas un cuarto de la de los Estados Unidos. 

La mentoría ha sido señalada como un instrumento eficaz para mejorar las aspiraciones y el nivel de inversión y esfuerzo de los jóvenes, mejorando sus expectativas sobre lo que entregan la educación y el mercado laboral.

La adolescencia y los primeros años de la vida adulta son una segunda ventana de oportunidad para desarrollar habilidades socioemocionales. A esas edades, las creencias, expectativas y aspiraciones con respecto al futuro pueden modificarse y los modelos a seguir y los mentores son intervenciones efectivas para lograrlo.

Cada individuo es un mundo, sin embargo, las problemáticas que asolan a las personas de ALC están bien identificadas. El trato directo y personal ha demostrado ser un mecanismo efectivo para corregirlas. Nuestra plataforma servirá como nexo de unión para conseguir acompañamientos individualizados entre iguales (mentoría) y coaching con modelos a seguir de ámbitos específicos según las necesidades de cada alumno.

Para un tutor, la tarea de orientar a 20 o más estudiantes simultáneamente se antoja imposible. Asimismo, una mentoría exclusiva e individualizada es una intervención muy costosa. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, un número indefinidamente grande de alumnos podría acceder a un recurso diseñado a tales fines. Dicho recurso, en forma de app o de plataforma web, proporcionaría una estructura común sobre la que erigir una comunidad en la que cada usuario encuentre orientación de los que van delante a la vez que orienta a los que vienen detrás.

El objetivo de esta iniciativa es desarrollar un programa de mentoría digital y comunitario que logre el equilibrio necesario entre los ejercicios y técnicas universales orientadas al desarrollo personal y la individualización necesaria para aportar soluciones y medidas apropiadas a cada caso. A tal efecto, se pretende fundamentar el proyecto en tres ejes:

1. Micro: retos individuales que permitirán completar hitos para medir el progreso de los participantes y a su vez diagnosticar las áreas más prometedoras o que requieran más aprendizaje.

2. Inteligencia artificial: herramienta fundamental que permitirá la gestión de datos para proponer itinerarios personalizados y hacer matching con una cartera de mentores y modelos a seguir en los ámbitos necesarios.

3. Mindfulness: sesiones diarias de ejercicios para mantener una mente equilibrada, despierta y proactiva. 

La plataforma proporcionará una estructura gamificada que medirá el nivel de cada usuario según su competencia en las siguientes áreas:

1. Conocimiento Personal

2. Salud y bienestar

3. Orientación Profesional

4. Conocimiento del entorno

5. Mentalidad

6. Hábitos

Cada una de estas ramas podrá desarrollarse mediante ejercicios integrados en la plataforma y permitirá dotar a los usuarios con las herramientas y habilidades necesarias para encontrar su propio camino. Asimismo, permitirá posicionar el perfil considerado con respecto a los otros usuarios de la plataforma, estableciendo conexiones entre usuarios con preferencias y niveles similares (mentores) y con modelos a seguir.

Un usuario puede ser a su vez mentor y discípulo según su posicionamiento en la plataforma y puede alcanzar el rango de modelo a seguir cuando ha logrado determinar su propósito vital y está trabajando para conseguirlo. 

Este modelo comunitario permitirá la creación de grupos de intereses y acciones propuestas para garantizar que los aprendizajes sean significativos e incentivar la proactividad de los usuarios a fin de explorar tantas alternativas como sean necesarias con la orientación y acompañamiento adecuados de la comunidad.

Consistirá, por tanto, en una red social orientada a alumnos que se sienten desorientados y solos en su intento de construir un proyecto de vida. Inicialmente, el uso será individual a fin de determinar las necesidades del usuario y se irá introduciendo paulatinamente en el matchmaking a medida que se recopile información. En la etapa final, una vez se hayan completado todos los ejercicios, el uso se centrará en la interacción con otros usuarios cuidando de establecer relaciones sinérgicas en función de los intereses recopilados.

La solución propuesta es innovadora porque surge de unir una necesidad imperante con una tecnología desaprovechada. 

Todos estaremos de acuerdo en que conseguir que nuestros alumnos estén preparados para el mundo que les espera es una necesidad imperante. También estaremos de acuerdo en que es imposible predecir cómo será el mundo del que hablamos a 10 años vista, así que podríamos concluir que la mejor forma de prepararlos es ayudándoles a que sean capaces de desarrollar todo su potencial. Es una tendencia que está viva en educación y que va a ganar protagonismo inevitablemente en los próximos años, lo vemos con la irrupción del Aprendizaje Basado en Retos y las famosas Soft Skills. Sin embargo, el desarrollo del carácter necesario para contribuir a la sociedad es un proceso más profundo y que requiere una individualización imposible de sintetizar en un currículo. 

Aquí es donde entra la tecnología desaprovechada. Algunos se llevarán las manos a la cabeza al leer que la tecnología que fundamenta a gigantes como Facebook, Google o Instagram está desaprovechada. Me refiero a que el mismo algoritmo que hoy en día se utiliza para seleccionar los anuncios que se muestran a los usuarios podría utilizarse para conectar a personas cuya interacción podría ser beneficiosa para ambas. La tecnología posibilita la individualización del proceso, ejerciendo de nexo de unión entre participantes para crear una comunidad que crece unida. 

En el mismo estudio que he citado en mi Solution Overview, realizado conjuntamente por el Ipea, la Fundación Espacio Público de Chile, el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID): Millennials en América Latina y el Caribe ¿trabajar o estudiar?, se identifican los mecanismos efectivos para desarrollar las habilidades socioemocionales en la adolescencia, y modificar las creencias, expectativas y aspiraciones. 

La solución se basa en dos de ellos: la mentoría y los modelos a seguir. 

El estudio Acompañando a los Jóvenes en Educación y Trabajo: ¿Qué Funciona y Qué No? - Una Revisión de Evaluaciones de Intervenciones de Bajo Costo, de Rafael Novella y Andrea Repetto (2018), profundiza en estos aspectos. 

Los modelos a seguir son un mecanismo efectivo para motivar a los jóvenes para que sepan y puedan creer que "gente como yo sí puede ser exitosa" y a la vez proporcionar información útil sobre cómo alcanzar sus metas (por ejemplo, formas de conseguir financiamiento para la educación superior). La evidencia empírica muestra que estas intervenciones elevan el nivel de interés y de rendimiento de los receptores. 

La mentoría es un mecanismo centrado en el desarrollo de habilidades no cognitivas, es decir, del carácter. Su efecto es mayor entre los jóvenes en contextos familiares y sociales menos favorables. El principal problema es el costo, aunque la literatura reconoce que este puede disminuirse a través de la tecnología, tal y como yo propongo.